miércoles, 29 de julio de 2009

Watchmen III


Todos los capítulos de Watchmen terminan con alguna cita sacada de fuentes tanto populares como clásicas. El tercer capítulo termina con una cita a la Biblia: “¿Acaso el juez de toda la Tierra no hará lo correcto?” [Génesis 18, 25]. Las palabras se las dirige Abrahán a Yavé en el siguiente contexto: Yavé ha decidido condenar a Sodoma a la destrucción, por los terribles pecados que habían cometido los habitantes de ese pueblo. Abrahán, primer patriarca de Israel, intercede por el pueblo e insta a Yavé a no llevar a cabo la destrucción. Lo persuade, poco a poco, a que si es que encuentra al menos 10 personas justas en todo el pueblo, los librará del castigo. Yavé acepta la propuesta de Abrahán y promete perdonar a injustos y pecadores si entre ellos halla a sólo 10 hombres buenos.

El tercer episodio de Watchmen tiene como evento principal la huída del Dr. Manhattan de la Tierra. Aquí ya se comienza a develar la condición de especie de observador objetivo de la realidad que es Manhattan. Se conoce de una relación anterior que tuvo con una mujer y cómo fracasó, siendo él acusado de insensible e incapaz de comprender a las personas, tal como sí parece comprender los fenómenos físicos. Esta es la misma acusación que después le hace Laurie Juspeczyk, su siguiente pareja. Lo interesante aquí es que a lo largo del capítulo sí podemos ver ciertos rastros de melancolía y sensibilidad en Manhattan. A pesar de que parece conocer perfectamente cómo van a desencadenar los hechos, él no es ajeno a ellos y los vive tal como si fueran una sorpresa para él. Por ejemplo, cuando pelea con Juspeczyk y luego es acusado de provocar cancer en la gente que tiene alrededor, hay claras muestras de irritación y sentimentalismo en él. En la página 19, viñeta 4, incluso se auto-reprende por ser incapaz de cohabitar física y psicológicamente con las demás personas. Luego se larga de la Tierra, haciendo antes una parada en Arizona, para recoger una fotografía antigua, en una auténtica muestra de sentimentalismo. Todos estos temas seguirán siendo planteados en el siguiente capítulo, por ahora sólo los dejo flotando.

Otro factor muy notorio de este capítulo es la primera aparición de dos personajes: el vendedor de periódicos y el joven negro que lee un comic al lado del puesto. Sin duda este es uno de los factores más sobresalientes del trabajo de Moore, el comic ‘Tales of the Black Freighter’. En él presenciamos la experiencia del único sobreviviente de un barco atacado por piratas. Presenciamos su llegada a una isla, a donde arriba acompañado sólo de los demás cuerpos muertos, o de partes de ellos. La crudeza con la que Moore narra esta historia es fenomenal. La terrible desesperación del personaje, no sólo por su situación, sino también por el convencimiento de que los piratas se dirigirán al pueblo donde está su familia, condenada a la muerte, es contada en paralelo con el desencadenamiento de una crisis mundial, provocada directamente por la huída de Manhattan a Marte, que da inicio a la acción bélica por parte de Rusia. Ella comienza a invadir Afganistán y se hacen cálculos de que no se detendrá hasta Europa. Los líderes políticos y militares de Estados Unidos discuten sobre la situación y sobre qué tan conveniente es que ellos se entrometan en el escenario. La fría discusión discurre mientras vemos a un solitario Dr. Manhattan caminando por Marte, con la foto que antes rescató en la mano. Cuando el plano se centra en su rostro este es de melancolía, algo totalmente opuesto a la sequedad con la que discuten las posibilidades de la guerra en el salón de los líderes norteamericanos. Al final se decide no entrar en los conflictos por un tiempo, y dejar a la humanidad en manos del azar, de la esperanza.

Me quedo al final con el último cuadro, que muestra a Manhattan sentado en medio del desierto de Marte, en una pequeña piedra, solo y con expresión meditativa y melancólica. Un ‘super-humano’ diferente a todos los demás -tal como lo resalta el texto final, otro capítulo de la autobiografía del primer Nite Owl-, pero considerado como uno de ellos por Rorschach, cuando hace su pequeña aparición en el capítulo, advirtiendo sobre la continuidad de la aparente seguidilla de justicieros muertos o desaparecidos. Él siente algo que subyace a toda la situación, algún plan que parece estar cumpliéndose paso a paso.

Termino recordando algo: en el texto bíblico, al final Yavé no encontró a los 10 hombres justos que le propuso Abrahán, y destruyó Sodoma con una lluvia de azufre ardiente. Los ruegos del elegido no fueron suficientes para salvar a todo un pueblo. Se le pidió que, siendo el juez de toda la Tierra, haga lo correcto, y según la teología de la Biblia, lo hizo.

No hay comentarios: