sábado, 3 de enero de 2009

Fichte y el determinismo


En el libro “El destino del Hombre” Fichte expone la posibilidad del determinismo y su angustia ante ello así:

“Inténtalo si quieres con este granito de arena. Imagínatelo yaciendo unos pasos más tierra adentro. Entonces, el viento que lo trajo del mar hubiera tenido que ser más fuerte de lo que realmente fue. Y el tiempo meteorológico precedente, que determinó el viento y el grado de su fuerza, hubiera tenido que ser también diferente a como fue, y su antecesor. Y continuando así hasta lo indefinido e ilimitado, igualmente hubiera tenido que ser diferente la temperatura del aire y la propiedad de los cuerpos que se dejan influir por esta temperatura y que, a su vez, influyen. ¿Cómo puedes saber -pues no se nos ha permitido penetrar en el interior de la naturaleza mientras tratemos de puras posibilidades- si con aquel tiempo del universo que hubiera sido necesario para llevar un poco más lejos este granito de arena, no hubiera muerto alguno de tus antecesores de hambre, frío o calor, y no hubiese engendrado al hijo del que desciendes?...

… ¿por qué he de ocultarme por más tiempo la melancolía, el horror, el espanto, que me conmueven mi interior, después que he visto cómo terminará el análisis?... ¿no puedo permitirme al final que este desenlace contradiga mis sensaciones, deseos y exigencias más profundos e íntimos?”

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