El festival pasado vi un documental de este director llamado ‘El tiempo que se queda’. Quedé profundamente insatisfecho con tal obra, no le encontré ni pies ni cabeza, se me escapó el sentido ‘oculto’ que se supone debía haber tenido. Me pareció un intento completamente fallido de lograr algo místico, ya que me pareció que no había claridad en lo que se quería decir.
'El tiempo que se queda'
Pero bueno, decidí darle una nueva oportunidad a Torres Leiva, quién sabe por qué. Esta vez traía a Lima su primer largometraje de ficción, y la impresión fue totalmente opuesta a la que tuve con la primera película. ‘El cielo, la tierra y la lluvia’ es bellísima de principio a fin, fue un placer inmenso verla. Con esta película se confirma el estilo pausado, hasta lento y silencioso que tiene este director. Pero tal lentitud, que en la primera película fue para mí un defecto, en esta última fue una gran virtud. La quietud fue aprovechada magistralmente por el director, sirviéndonos una película que avanza escondiéndonos sentimientos, identidades, locaciones, y develándonos ciertas cosas siempre a paso lento y preciso, con mucha seguridad.
El estilo general del director se plasma en la protagonista: mujer pausada, serena, callada, muy introvertida, de hablar muy corto y muy bajo. En palabras de Seinfeld: una ‘low-talker’. En ella presenciamos una vida que entrega cariño y responsabilidad de un modo sigiloso y hasta enigmático, sin parecer esperar nada a cambio. El desarrollo de este personaje es fenomenal, hay algo guardado en ella que nunca explota violentamente, sino que va soltándose poco a poco pero con intensidad; o mejor dicho, con sielnciosa y pausada intensidad.
Mención especial para la fotografía de la película, que se pasa. Ojalá Torres Leiva siga madurando, parece tener muchísimo que ofrecer.
Día 4: ‘El cielo la tierra y la lluvia’ es imperdible. Bellísima e inteligente.
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