domingo, 27 de julio de 2008

Peter Sloterdijk: espuma


El hombre se ha construido burbujas para protegerse y cambiar dentro de ellas. La gran base de la acción humana está en la autoprotección en espacios que pretenden ser inmunes, especies de invernaderos en los que el ser humano se busca encerrar. En este sentido Peter Sloterdijk dice que somos ‘animales de lujo’, hemos construido nuestro propio zoológico para encerrarnos en él y en su seguridad. Tal como cada uno construye su casa, o como la sociedad se construye su ciudad. Es de este modo que en el pasado se construyeron sistemas metafísicos que esperábamos que nos protejan, esferas gigantes imaginarias que terminaron por desvanecerse.

Así pues, el acto humano es una ‘gran operación de aislamiento’. El ser humano se desarrolla y se trasforma desde su nacimiento dentro de estas burbujas. Su naturaleza sólo se da dentro de ellas. Y es clave para Sloterdijk que se hable de burbujas, porque es una humanidad llena de intersubjetividades de la que hablamos. No hay un centro único alrededor del cual se forme la capa con la que pretendemos protegernos, son varios centros, varios sentidos, varios diseños. Por eso no hablamos de una burbuja, o de una esfera única, hablamos de varias burbujas. La imagen más correcta de la humanidad y su accionar dentro de estas incubadoras es la de la espuma.

¿Y dónde queda el hambre natural del ser humano de superar sus limitaciones? Este hambre ha estado en todos los tiempos, es este el que lleva a la humanidad a dar grandes pasos, a ir más allá de lo que está a su alcance. Deseo natural de sobrepasar los propios límites que encontramos claramente desde el hombre homérico, deseo que promueve el nacimiento de la ciencia, el deseo de objetividad. Deseo que generó las diversas teorías cosmológicas; que nos lleva a querer descifrar el funcionamiento de toda la naturaleza; que nos lleva a dar el salto al espacio exterior; que nos lleva incluso a producir arte, en un intento de sacar de nuestra existencia limitada un producto que pretende trascender lo material y lo histórico; deseo que a su vez nos llevará al momento en que inevitablemente se manipule la genética, como tanto lo desea Sloterdijk, creyendo ingenuamente que el ser humano haría un buen uso de tal actividad. Pero es inevitable, se va a dar tal manipulación. ¿Dónde quedan esos deseos en las burbujas en la que nos encerramos? ¿No son precisamente esas burbujas las que tratamos de romper una y otra vez? ¿O se tratará mas bien de que intentamos ampliar el espacio de la burbuja?

Volviendo al asunto de la genética, que me parece el siguiente límite que inevitablemente vamos a tratar de superar, creo que la cuestión a discutir es qué va a ocurrir cuando la manipulación se convierta en un asunto de mercado. Es decir, cuando aquel que tenga más plata vaya a pagar para que su hijo tenga ‘mejores’ características que el hijo del pobre. La diferencia ya no va a ser sólo de dinero. Entonces se va a tratar de una distinción entre aquellos mejor dotados física e intelectualmente, y aquellos que no tienen el dinero suficiente para tal privilegio. ¿Estamos hablando acaso de dos (pseudo) razas distintas? ¿Es esto inevitable?

No hay comentarios: